viernes, 26 de febrero de 2016

¿Quién fue Mary E. Richmond?

Nacida en Illinois (USA). Fue feminista sufragista, defendió en sus libros la democracia y la participación igualitaria enfrentando al autoritarismo y el patriarcalismo; luchó por que se prohibiera el trabajo infantil. Darwinista en su pensamiento, pues para ella el trabajo social iba encaminado a conseguir la adaptación de los clientes a un mundo y una sociedad que iría reformando progresivamente.

Autora de varias obras, entre ellas, El Trabajo Social de Casos Individuales, querido y criticado, a la vez, por muchos profesionales por considerarlo pretencioso a la hora de perseguir únicamente la adaptación de las personas al sistema social.
El Trabajo Social de Casos se desarrolla bajo esta concepción, de que la sociedad está correctamente estructurada, y únicamente necesita de ciertos ajustes y reformas. Me da a entender, de que los individuos que se alejan de los valores consensuados socialmente se podrían incluir dentro del grupo de personas disfuncionales, inadaptados y entonces se plantea la capacidad del Trabajo Social de Casos para prevenir disfuncionalidades y ajustar o integrar al individuo en su medio.
A mi parecer, el entorno se tiene también que adaptar al individuo y no únicamente al revés, siendo para ello necesaria una transformación social a través de la movilización y participación de las personas para conseguir un entorno más favorecedor y entonces más apropiado para la adaptación.
Me pareció curioso que Richmond no destacara a Freud en sus obras cuando, de una manera u otra, sigue un pensamiento en la misma línea freudiana (individualista) cuando a pesar de tener en cuenta el entorno dice que es fundamental adaptar el individuo al entorno. También otra parte importante que destaca  Richmond para nuestro trabajo es la relación frente a frente con el cliente a través de la palabra y la conversación, elementos también del psicoanálisis, donde se genera una relación de confianza que a veces puede ocasionar transferencia.
A pesar de que no hablara de ningún modelo teórico para el Trabajo Social ya hacía menciones sobre lo que hoy conocemos como: “modelo sistémico”. Para ella era fundamental estudiar todas las áreas que afectaban a la vida de la persona y sobre todo sus relaciones personales y por consiguiente, había que tomarse un tiempo en el estudio y elaboración del diagnóstico dejando al margen el papel de trabajadores sociales como simples expendedores de recursos y gestiones, es decir, conocer más al individuo y/o familia para abordar mejor su situación.
Con respecto al diagnóstico social, puntualizaba que, además de ser redactado y escrito en papel, siempre se puede añadir nueva información, no necesariamente tiene que ser cerrado y siempre elaborarlo en la acción que pueda beneficiar al/la cliente. También recomienda, que para realizar un buen diagnóstico se vea al patriarca, al padre o al marido ya que suelen acudir a los centros de servicios sociales, mayoritariamente el género femenino. Ella citaba textualmente <hay que oír al hombre y a la mujer por separado>; respecto a esto, no lo veo del todo claro, salvo para situaciones límite como por ejemplo que haya una violencia de género, un divorcio…pero considero que se pueden citar tanto al hombre como a la mujer en una misma entrevista.
Repudiaba la burocratización y por eso recomendaba un trabajo de cara a cara, es decir, de forma directa, evitando cartas, correo o impresos de rellenar (siempre que fuera posible)
En hilo con lo anterior, es cierto que vivimos con prisas y la gente quiere soluciones rápidas para sus problemas como: un subsidio, ayuda económica y a veces, los trabajadores sociales contribuimos a que también sea así porque de esa forma nos quitamos de manera más rápida el problema de encima pasando a otro cliente y reduciendo así nuestro trabajo.  Por ello. es hora de recapacitar y de tomar conciencia de que no somos simples expendedores de recursos y que no tenemos que victimizar a los usuarios y que para ello tenemos que hacer partícipe al usuario del proceso de solución de su problema.
Para finalizar esta entrada, cito aquí un trozo de texto de su obra Social Diagnosis (pag.376), sobre lo que ella entendía por la buena trabajadora social:
La trabajadora social necesita para su tarea cotidiana dos tipos de referencias: debe tener una visitón amplia y generosa, y otra repleta de detalles concretos, acerca de las variadas posibilidades del servicio social; además su visión debe estar en constante crecimiento.
FUENTE: Richmond, M. (1996). El caso social individual. El diagnóstico social. Ed. Talasa. Madrid. Extraído de MISSTSOCIAL.

Dreyer. Vivir de Cine, beber de cine, morir de cine.

Uno de los signos de los tiempos es la indiferencia por el mañana. Nadie sabe en qué consistirá mañana la vida. Esta incertidumbre perpetua agota los nervios, al punto en que no encontramos nada que valga la pena. Ante eso, (en "Tiempos modernos") Chaplin nos dice que no desesperemos, ya que aunque haya que andar por esos caminos, vale la pena hacerlo si son dos los que andan.Carl Theodor Dreyer (1889 - 1968)

Recuerdos de una infancia marcada por buenos libros y mejores películas.

Las cinco actitudes



LAS CINCO ACTITUDES MÁS IMPORTANTES

Operativización de las actitudes: consiste en concretar las actitudes en indicadores observables, es decir, describir en qué consiste cada una de estas actitudes mediante descriptores que desgranen la actitud en comportamientos observables, actuaciones concretas.

PROPÓSITO
PASIÓN
OPORTUNIDADES
DISCIPLINA
COMPROMISO
Plantearse objetivos concretos
Disfrutar de lo que haces
Aprovechar las situaciones que se presentan, exprimirlas
Tener un hábito regular
Invertir esfuerzo en aquello con lo que te comprometes (trabajo duro)
Fraccionar los objetivos en metas a corto plazo
Poner ganas al hacerlo
Verlas como retos (crecimiento, aprendizaje)
Esforzarse con constancia
Querer conseguirlo: poner todo de tu parte
Tener iniciativa
Estar activo, dinámico
Generarlas, no esperar a que lleguen
Vencer a la desidia y la pereza
Cumplirlo con responsabilidad (asumir las consecuencias)
Ser paciente
Contagiar al entorno
Conocer que se mueve alrededor, en busca de nuevas oportunidades
Ser metódico
Ser exigente
Ser realista, no proponer unas metas inalcanzables
Actuar, tomar parte de las situaciones y procesos que te rodean
Afrontarlas sin miedo al fracaso
Ser riguroso
Fidelidad al compromiso con uno mismo
Renovar según vayan surgiendo nuevos intereses
Empaparse y aprender de cada persona y cada elemento
Poner ilusión en su cometido
Cumplir los plazos y las normas
Implicación con la tarea a realizar





martes, 23 de febrero de 2016

Gerard y Marcos.

Os presento a dos buenos amigos, Gerard y Marcos. Son dos claros ejemplos de actitud.
Dos tipos muy rápidos que conocí en mis días de atleta.
Lo mejor que me he llevado del atletismo no fueron los éxitos individuales o colectivos, ni siquiera los trofeos y las medallas. Lo mejor que me he llevado son las personas que conocí, los amigos que hice durante mi carrera deportiva.

http://www.deunsuenounarealidad.marca.com/

La fuerza de la actitud


¡¡Feliz martes!!